LA DIFERENCIACIÓN SEXUAL

La sexualidad es una función humana compleja y difícil de definir. Se puede manifestar de muchas formas en las personas y evoluciona a lo largo de la vida. En la actualidad, se considera que la sexualidad no es sólo una función para la reproducción (para tener hijos), sino también un juego, un intercambio, una comunicación. Estos elementos contribuyen a una vida sexual serena, sin conflictos. Finalmente, la vida sexual adulta también está influida por la educación recibida y por las experiencias que se han tenido de pequeño y durante la adolescencia. Son muy importantes las experiencias positivas que acompañan al crecimiento: los cuidados y la satisfacción de las necesidades primarias (como el hambre y el sueño), el contacto corporal (los mimos) y la relación cariñosa con los padres y la aceptación del propio cuerpo. En algún momento entre los 10 y los 13 años, los cuerpos de los niños empiezan a cambiar y se convierten en adultos. Todos los niños y los jóvenes sienten curiosidad y se hacen muchas preguntas sobre el sexo. El bienestar y la salud sexual requieren respuestas y, sobre todo, información.

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