El placer y el orgasmo
El acto sexual (que no es la única forma de tener relaciones sexuales) entre un hombre y una mujer consiste en la unión de los órganos genitales de ambos: la introducción del pene en la vagina (penetración). Este encuentro intimo se denomina coito. La relación se produce mediante un movimiento de vaivén del pene en la vagina, lo cual provoca placer.
El momento de máximo placer, el orgasmo, se produce en el hombre en el momento de la emisión del líquido seminal (eyaculación) y se acompaña de la contracción de todos los músculos del abdomen. A la vez, los latidos del corazón y el ritmo de la respiración se aceleran. El líquido seminal es lanzado al exterior por la contracción de los músculos de la pelvis, en forma de oleadas breves y repetidas. Tras la eyaculación, la sangre abandona el pene, que vuelve a su estado de flacidez y durante algún tiempo no puede haber otra erección (este tiempo se llama periodo refractario). En la respuesta sexual masculinas, la erección y la eyaculación son fenómenos fisiológicos independientes, que no tienen por qué darse unidos.En la mujer, el placer sexual lo provoca fundamentalmente el rozamiento del clítoris, junto con una especial sensibilidad de la entrada y el primer tramo de la vagina. El orgasmo femenino también coincide con el máximo placer, y produce la contracción involuntaria de los músculos de la vagina y del abdomen. En este caso no hay emisión de líquido.
Mientras que en el hombre se asocia la eyaculación con el placer, se ha discutido mucho sobre el placer de la mujer, y los estudios actuales demuestran que se origina tanto en la estimulación del clítoris como de la entrada de la vagina.
Los estímulos sexuales (o eróticos) provocan reacciones fisiológicas precisas que producen las sensaciones de placer, como hemos visto. Sin embargo, la eficiencia de dichos estímulos depende también de aspectos culturales que son muy variables. Por ejemplo, en nuestra cultura, la excitación de la mujer se facilita si se implica todo el cuerpo a través del contacto corporal, con caricias y besos, mientras que el hombre es más sensible a la estimulación directa de los órganos genitales. Parece ser que los estímulos visuales son más efectivos en los hombres, y los factores afectivos son más importantes en las mujeres. De todos modos, los factores implicados en el placer son difíciles de definir, pues al fin y al cabo es una experiencia subjetiva de cada cual.
El placer sexual lo experimentan de formas distintas unas personas y otras. Entran en juego los sentimientos hacia la pareja, la calidad de la relación afectiva que se está viviendo y la propia serenidad interior. Las sensaciones que se experimentan también son individuales, y dependen del modo de percibirlas de cada uno y de cada situación. En la búsqueda del placer sexual, lo importante es el afecto y la confianza mutua, además del deseo de vivir una intensa experiencia de comunicación con el otro y de expresarse a través del cuerpo. Por el contrario, la falta de respeto y el hecho de no considerar al otro sino un objeto que procura placer anulan el encuentro con la pareja y, por tanto, vacían de significado y de valor nuestra propia experiencia personal.
EL MECANISMO DE LA SEXUALIDAD
La excitación
El placer y el orgasmo
Comentarios
Publicar un comentario